La forma en la que realizamos pagos, compras o adquirimos bienes o servicios está cambiando y en pocos años lo que hoy son tendencias e innovaciones en el mundo financiero, se convertirán en estándares y base de nuevas regulaciones y cultura financiera.
Pero como para con la tecnología, simplemente asumimos que existe y que está ahí a nuestra disposición, sin percatarnos o explorar qué es lo que la hace posible. Gigantes tecnológicos como Facebook, Apple o Amazon, entre otras, hacen que el uso y aceptación de los medios electrónicos de pago se convierta en parte de nuestra cotidianeidad; y es por eso que no sorprende que en México ya se tengan los primeros pilotos de lo que será la plataforma digital de Cobros Digitales (CoDi) que pretende impulsar la bancarización y disminuir el uso de dinero en efectivo en nuestro país.
Marcos Martínez Gavica, presidente de la Asociación de Bancos de México, considera que, si durante el sexenio pasado se lograron abrir 15 millones de cuentas, en la administración que inicia, el reto va a ser bancarizar a 30 millones de personas, en donde el CoDi será, una de las principales vías para lograrlo.
Sin embargo, y aún con la decisión del gobierno de impulsar la disminución del efectivo y facilitar la bancarización a la población que no cuenta con productos financieros, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), el efectivo representa por lo menos el 87% y en algunos casos hasta el 98% de las formas de pago utilizadas en las transacciones cotidianas.
Ahora, la posibilidad de pagar con un teléfono inteligente es inminente, pero ¿cuáles son las lecciones que se han aprendido de la banca tradicional para poder generar confianza en el consumidor y pasar a un ambiente 100% digital sin el uso de efectivo?
Una de estas lecciones es que los sistemas deben estar siempre disponibles, (Disponibilidad Continua). Cuántas veces como usuarios de bancos y comercios afiliados al sistema bancario nos hemos enfrentado a estas palabras: “ Lo sentimos, no podemos darle en servicio porque no hay sistema”, inclusive como usuarios digitales hemos recibido este mensaje: “por el momento no podemos atender su solicitud, inténtelo de nuevo más adelante”.
Lo anterior se debe a que uno de los componentes que soportan los medios electrónicos de pago son los servidores y al fallar, los sistemas se ven comprometidos. Sin embargo, la nueva generación de servidores que debe ser parte de la estrategia de cualquier banco, fintechs o comercio, son servidores de disponibilidad continua con todos sus componentes duplicados, de tal forma que, si uno falla, el otro, de manera imperceptible, continúa con la operación evitando así los tiempos de inactividad y la perdida de información o la capacidad de generar pagos, cobros y otras transacciones.
Mientras que en China y otros países los medios electrónicos de pago mediante teléfonos inteligentes se utilizan desde hace más de 5 años, en México se dan los primeros pasos. Un ejemplo de esto son los datos del ENIF que muestran que al cierre del 2018 la banca comercial atendió a 47 millones de usuarios a través de Internet, de los cuales 25 millones realizan operaciones por medio de su celular.
Las operaciones bancarias sumaron más de 4,600 millones en el 2018; los cheques representaron 5.4%; las operaciones con tarjeta de débito en terminales punto de venta o TPV, 47%; el SPEI, 26%, y los pagos con tarjeta de crédito en TPV 19%.
Los medios electrónicos de pago son una realidad que trastocará la cotidianeidad de todos los usuarios de servicios financieros, pagar con celulares es solo el principio; el verdadero reto se encuentra en que las instituciones puedan garantizar que el servicio siempre esté en línea, 24/7, para garantizar su eficacia y consolidar la confianza en las instituciones bancarias.
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