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El mundo de la tecnología siempre está avanzando y con él llegan nuevas amenazas a nuestra privacidad online. Los ciberataques han ido en aumento y se presentan de muchas formas diferentes. Desde el phishing y el malware hasta los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS), las amenazas son numerosas y pueden ser bastante preocupantes. Pero, para comprender mejor cómo evitar estos ataques, es esencial echar un vistazo a los peores ciberataques de la historia. A continuación te presentamos cuatro de los peores ciberataques de la historia, y lo que podemos aprender de ellos.

 

El ataque a SolarWinds

El ataque a SolarWinds, ocurrido en 2020, fue uno de los ciberataques más importantes de la historia. Fue un ataque a la cadena de suministro que afectó a muchas organizaciones, entre ellas el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. y a Microsoft. Los atacantes consiguieron comprometer una actualización de software del producto Orion de SolarWinds y, a partir de ahí, accedieron a las redes de miles de usuarios. Se cree que el ataque fue obra de un grupo ruso y se ha descrito como “el ciberataque más devastador de la historia de Estados Unidos”. Este ataque demostró lo importante que es vigilar y asegurar cada parte de una cadena de suministro y cómo incluso los productos aparentemente más seguros pueden verse comprometidos en un instante.

 

El ataque a Yahoo!

El ataque a Yahoo! es uno de los ciberataques más famosos de todos los tiempos. En diciembre de 2016, la empresa anunció que había sufrido una violación de datos que afectó a más de mil millones de usuarios. El ataque se había producido originalmente en 2013 y, aunque Yahoo! había llevado a cabo posteriormente algunas de las medidas de seguridad necesarias, no fue suficiente para contener completamente los daños. Al final, los atacantes consiguieron acceder a nombres de usuario, direcciones de correo electrónico, números de teléfono, fechas de nacimiento y preguntas y respuestas de seguridad. El evento fue significativo por el gran número de usuarios afectados y la cantidad de datos comprometidos. Demostró lo importante que es estar alerta y actualizar periódicamente los protocolos de seguridad.

 

El ataque WannaCry

El ataque WannaCry fue un ransomware que se produjo en mayo de 2017 y afectó a más de 200.000 ordenadores en 150 países. Provocó el cierre de numerosos hospitales, escuelas y empresas, obligando a muchos de ellos a recurrir a operaciones manuales. El ataque hizo uso del exploit EternalBlue, que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) había desarrollado. La contención del ataque se vio dificultada por el hecho de que muchos de los ordenadores afectados no ejecutaban versiones actualizadas del sistema operativo Windows. Este ataque demostró la importancia de actualizar periódicamente los dispositivos, y cómo algo tan pequeño como no actualizar un sistema operativo puede dar lugar a un ataque a gran escala.

 

El ataque Stuxnet

El ataque Stuxnet es uno de los ciberataques más singulares e impresionantes de la historia. El ataque, que se produjo en 2010, fue un esfuerzo conjunto estadounidense-israelí para sabotear las instalaciones nucleares de Irán. Funcionó utilizando un complejo programa malicioso diseñado específicamente para atacar la central nuclear de Natanz. El malware reprogramaba los sistemas de control de las centrifugadoras de la planta, provocando su mal funcionamiento y, en algunos casos, incluso su explosión. El ataque tuvo éxito y retrasó varios años las ambiciones nucleares de Irán. El ataque demostró lo increíblemente poderosos y sofisticados que pueden ser los ciberataques, y la importancia de actualizar constantemente los protocolos de seguridad para garantizar que se puedan frustrar ataques nuevos e innovadores.

El mundo de la tecnología nos ha facilitado mucho la vida, pero también ha traído consigo un nuevo conjunto de amenazas. Los ciberataques pueden ser increíblemente dañinos y es importante conocer los peores de la historia para protegernos mejor. Los ataques de SolarWinds, Yahoo!, WannaCry y Stuxnet demuestran la importancia de la vigilancia, las actualizaciones de seguridad y la necesidad de actualizar constantemente los protocolos de seguridad. A medida que la tecnología sigue avanzando, es esencial mantener al día nuestras propias prácticas de seguridad y vigilar constantemente las amenazas más recientes.